Aunque hay cada vez más plataformas que llevan a cabo tímidos avances hacia una mayor colaboración entra ambos países, lo cierto es que Portugal y España padecen el mal del vecino posmoderno: tan cercano y tan desconocido. Para remediar esa frialdad, te proponemos un recorrido por algunos de los lugares que traen algo del país vecino a Madrid, con la cocina como principal vehículo hacia su cultura.
Uno de los restaurantes más agradables, céntricos y netamente portugueses es A Tasca do Bacalhau Portugués, situada en la recoleta calle de Lope de Vega, 14. Sin ser de los más baratos, hará las delicias de los amantes del bacalao, estrella de la carta que se prepara de muy distintas maneras (absténgase los que no disfruten con este plato). Tiene muy buena fama el bacalao a bras, desmigado, o el bacalao a la brasa con aceite de oliva, en unas raciones que cuestan unos 24 euros por persona. También sirven arroces, para compartir a partir de 50 euros, como el de marisco o el tamboril, con rape y cilantro. Decoración clásica, típica, en un marco histórico como es el barrio de las Letras.
Sin alejarse mucho, en la calle Ventura de la Vega encontramos Atlantik Corner, con aspecto moderno y colorista y con guiños a la cocina fusión. Entre los productos más exóticos de la cocina lusa, encontrarás el prego Atlantik de Picaña en Bolo de Caco (pan típico de la isla de Madeira), por 13 euros, o las suculentas vieiras á brás con setas silvestres de temporada trufadas (18 euros). Un toque de innovación para una cocina normalmente encorsetada por la tradición.
Y si lo tuyo es el dulce y echas de menos, después de tus visitas a ciudades como Oporto o Lisboa, los pasteles de Belén, apunta este lugar: Pastelería Lisboa. Ubicado en la calle Ortega y Gasset, 55, hay quien la considera la mejor confitería lusa de Madrid. Atendido por un matrimonio portugués, ofrecen auténticas ‘natas’ y un café elaborado con el buenhacer portugués. A buen precio.
